Lo recuerdo siempre en casa, por aquí y por allá...
un trepador que estamos tan acostumbrados a ver que
a veces no lo valoramos como se merece.
Me gustan sus flores simples porque no esconden
nada, y además con tan pocos pétalos no
se marchitan fácilmente.
Para que este rosal luzca en todo su esplendor,
se aconseja no podarlo, pero si como yo
se quiere reducir a un espacio concreto no queda
otro remedio.
Es un rosal vigoroso nada vulnerable a las
enfermedades y con una floración muy
prolífica...
eso sí! con unas buenas espinas,
mejor colocarlo en un sitio no de paso.