En la cocina siempre tenemos un recipiente donde vamos echando todos los deshechos orgánicos que van acumulándose a lo largo del día. De ahí van a un bidón que tenemos en la puerta de la cocina, y después directamente a la pila de compost, al lado de la huerta. Después de echar un montón de deshechos orgánicos tapamos con hojas o hierba y así vamos alternando en capas. Los restos son de verduras, frutas, pulgos...cascaras de huevo... no solemos echar huesos ni comida cocinada. También añadimos los posos del café.