LLegó el verano y algunas
se ve que están bien contentas..
No se puede negar que la Dierama
es una preciosidad
Está plantada en un sitio que no le corresponde
porque preferiría el sol a la
semisombra de los abedules,
pero cuando le llega el momento florece como
si fuera la más feliz del mundo,
sus ramas se entrelazan con las de los
árboles y se mezclan con todo lo que tiene
cerca haciendo buenas migas
con todas sus vecinas.